lunes, 27 de mayo de 2013

La Canción Del Pirata


Con diez cañones por banda,
viento en popa a toda vela,
no corta el mar, sino vuela,
un velero bergantín;
bajel pirata que llaman
por su bravura el Temido
en todo el mar conocido
del uno al otro confín.
La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y ve el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
Y allá a su frente Estambul:
-Navega, velero mío,
  sin temor
que ni enemigo navío,
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.
Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra,
que yo tengo aquí por mío
cuanto abarca el mar bravío
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.
A la voz de ¡barco viene!,
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar:
que yo soy el rey del mar
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual:
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río:
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena
colgaré de alguna antena
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di
cuando el yugo
del esclavo
como un bravo sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento,
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento;
mi única patria, la mar.

José de Espronceda.



viernes, 17 de mayo de 2013

Queridos lectores de este blog:
os aconsejaría a todos que por favor echarais un vistazo a los blog que hay a la derecha y entrarais en alguno como La Pajarita De Papel.
Muchas gracias.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Un cuento de frutas

                                       “UN DÍA EN VILLAHUERTO”

 Hace un hermoso día en Villahuerto. Como todos los días de verano, Manzana, Tomate, Naranja, Kiwi, Cereza y Ciruela, se reúnen debajo de la casa de Calabacín para llamarlo e ir a jugar en Los Rosales, el parque de Villahuerto. Manzana llamó a la puerta de la casa de Calabacín... Toc, toc, toc... Calabaza, la madre de Calabacín, les abrió la puerta y dijo: -¡Calabacín! Son tus amigos. -¡Ya voy Mamá!-respondió Calabacín. Una vez estuvieron todos juntos, se fueron a Los Rosales. Estaban jugando a “Busca a Manzana” cuando Naranja se fijó en una larga fila de hormigas que paseaban afanosas y les dijo a los demás que miraran. Todos se quedaron mirándolas hasta que Kiwi dijo: -¿Por qué no las seguimos a ver adonde van tan cargadas? -Buena idea.-contestó Ciruela. -Sí, ¡vamos!-dijo Tomate. -¿Por qué no?-dijo Cereza. Y eso mismo hicieron. Al rato de seguirlas, Manzana dijo: -Puf, que cansancio. ¿Podemos parar? -Está bien...-respondió Kiwi- pararemos. Después de la breve parada, continuaron su viaje. Tras unos minutos siguiendo a las hormigas, apareció la hermana pequeña de Naranja, Mandarina. -Hola chicos,-dijo la recién llegada- ¿qué hacéis? -Seguimos a las hormigas-dijo Calabacín. -¿Puedo ir? -Sí, ven con nosotros. -¡Bieeeen! Siguieron caminando. Al rato, llamaron a Manzana por el Frutáfono: -Manzana soy yo, tu madre. Ven a comer, que ya son las dos y cuarto. -Ya voy mamá, ya voy. Y se fue a su casa. Allí, mientras comían, su madre le dijo: -Tu padre está otra vez de viaje y no viene hasta la semana que viene. -¿Otra vez? -Sí, otra vez. -Pues vaya rollo... -No te aburras todos los días, haz algo. -¿Como qué? -Pues no sé... salir con la bici, por ejemplo. Hace mucho que no la utilizas... -Tienes razón, hoy mismo saldré. Y eso hizo. Llamó a sus amigos y salieron todos. Y así, dando pedales todos los amigos juntos, llegaron a un lugar muy lejos de Villahuerto. Ese lugar tan extraño tenía tantos árboles como ninguno hubiera soñado nunca. Tan asombrados y maravillados estaban que no se dieron cuenta de que un pequeño ser les estaba siguiendo. Continuaron su viaje y descubrieron a una extraña fruta sentada a la sombra de un árbol. Esta fruta dijo algo casi imperceptible y se quedó dormida. Al rato, Manzana miró para atrás y descubrió al ser que les seguía. Entonces el ser trató de esconderse, pero Manzana le gritó: -¡Eh, tu! Ven aquí. El extraño ser le hizo caso y todos vieron que era un fruto seco. -¿Como te llamas? ¿Por qué nos sigues? -Me llamo Bellota.- Respondió el fruto seco.- Y solo quería saber si queríais ser mis amigos... -Claro, yo me llamo Mandarina.- Respondió la hermanita de Naranja. Uno a uno se fueron presentando todos. Siguieron todos su viaje, pero con un nuevo compañero: Bellota. Al rato vieron a Membrillo, un habitante de Villahuerto. -Hola- Dijo Calabacín. -¿Qué hacéis aquí?- Fue la respuesta de Membrillo. -Estábamos dando una vuelta con las bicis y nos encontramos con Bellota.- Dijo Manzana. -Este es un lugar peligroso chicos no deberíais estar aquí. Se dice que aquí habitan los Grasientos. Tened mucho cuidado. Y se fue... En ese momento caían de los árboles dos patatas fritas enormes. -¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡CUIDADO!!!!!!!!!!!!- Gritó Bellota. -Vosotros os venís conmigo. JAJAJAJAJAJA.-Dijo una de las apestosas patatas. Y los cogieron a todos menos a Bellota que se había escondido detrás de un árbol. Bellota les siguió y llegó a un castillo enorme donde tenían en las mazmorras a sus amigos. Se coló por la puerta y le quitó las llaves a una hamburguesa que estaba durmiendo. Sacó a todos y se fueron a Villahuerto. Allí se lo contaron a todos y el alcalde Don Melón envió un ejército a derrotar a los Grasientos. Bellota se sentía fuera de lugar. La profesora Frambuesa, que no tenía hijos, le pregunto que donde estaban sus padres y el le dijo que no tenía. La profesora consiguió adoptarlo. Hoy ya han pasado dos semanas, Manzana y los demás fueron a buscar a Calabacín a su casa. Después fueron a casa de Bellota para llamarlo y salir a jugar.
                                                            FIN

lunes, 6 de mayo de 2013

Hace unos días, en concreto el día 4 de mayo fue el Día Oficial de Star Wars o el D.O.S.W.